La Península de Yucatán, con su rica herencia cultural y paisajes naturales de ensueño, es hogar de una amenaza silenciosa y creciente: la contaminación de los mantos acuíferos debido a la infiltración de agua residual proveniente de biodigestores o fosas sépticas en sus grandes ciudades. A pesar de ser una región con una abundancia de agua subterránea, este problema ambiental plantea desafíos significativos que requieren atención y soluciones sostenibles.
Un Entorno Geológico Especial
La península, compuesta en su mayoría de roca caliza, posee una peculiaridad geológica que facilita la infiltración del agua de lluvia hacia los mantos acuíferos. Esta característica, aunque fundamental para el abastecimiento de agua, también presenta una desventaja potencial. La roca caliza es soluble en agua, lo que significa que cualquier contaminante que entre en contacto con ella tiene el potencial de infiltrarse rápidamente en los mantos acuíferos.
Biodigestores - Fosas Sépticas y la Contaminación
En la mayoría de las áreas urbanas de la Península de Yucatán, los biodigestores anaerobios o fosas sépticas son una forma común de disponer las aguas residuales. Estas unidades individuales funcionan como sistemas descentralizados de tratamiento de aguas negras y están diseñadas para permitir que el agua se infiltre en el suelo. Sin embargo, los biodigestores y fosas sépticas no son una opción eficiente para el tratamiento de agua y eliminación de los contaminantes, virus y bacterias como la e-colli, por lo cual contribuyen significativamente a la contaminación de los mantos acuíferos.
Por definición los Biodigestores y Fosas Sépticas, son tratamientos anaerobios, de baja eficiencia de remoción de contaminantes, siendo esta no mayor al 60%, aunado a que no cuentan con un sistema de desinfección para la eliminación de virus y bacterias como lo son los coliformes fecales, el agua aun contaminada es infiltrada al subsuelo.
Las preocupaciones más significativas incluyen:
Impacto en la Salud y el Medio Ambiente
La contaminación de los mantos acuíferos con materia fecal y patógenos asociados plantea riesgos graves para la salud pública y el medio ambiente, que deberían ser evaluados por las autoridades gubernamentales de todos los niveles.
Culturalmente en la región de la península de Yucatán , el agua potable es extraída de pozos particulares , normalmente ubicados a escasos metros de el punto de infiltración de el BioDigestor o Fosa Septica de la unidad habitacional.
El consumo de agua contaminada con bacterias y virus puede resultar en enfermedades transmitidas por el agua, como gastroenteritis y hepatitis. Además, la contaminación de los mantos acuíferos afecta la calidad del agua potable y la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos.
En 2023 se cuentan ya con reportes de grandes cuerpos de agua típicos de la región conocidos como Cenotes, los cuales son grandes cavernas que se caracterizaban por aguas puras y cristalinas.
Un ejemplo de este grado de contaminación es el Cenote de Dzibilchaltun, el cual aun alejado de una mancha urbana , a sido permeado por contaminantes propios de la actividad humana, siendo hoy un cuerpo de agua con abundante crecimiento de algas y plantas , debido a la gran cantidad de nutrientes provenientes de aguas residuales así como lo mas preocupante, presencia de coliformes fecales en el agua.
Soluciones y Mitigación
Para abordar este problema crítico y en línea con las nuevas regulaciones:
Siendo Soluciones Efectivas y de Bajo costo de inversión y de Operación , que permiten la reutilización del agua
Conclusión
La contaminación de los mantos acuíferos en la Península de Yucatán debido a la infiltración de aguas residuales no tratadas es un desafío ambiental significativo. La protección de estos valiosos recursos hídricos requerirá la cooperación de autoridades, comunidades y actores locales para garantizar un abastecimiento de agua seguro y sostenible, preservando así la belleza natural y la rica herencia cultural de esta región única. La implementación de plantas de tratamiento de aguas residuales se erige como una solución esencial para mitigar la contaminación y garantizar la preservación de los mantos acuíferos de Yucatán.